Una evidente roja para el italiano Matteo Prati, por un clarísimo planchazo a la rodilla de Fabricio Díaz, se transformó en amarilla, a instancia del VAR. Con la complicidad de un juez, que no tuvo la suficiente personalidad para mantener una decisión que las imágenes demostraron que había sido absolutamente justa.
Acción que generó una verdadera injusticia, disimulada por la victoria de Uruguay