Después de 120 minutos, sacaron los pañuelos; porque, por cuadragésima novena vez, a Nacional se le dio por salir campeón Uruguayo, dejando claro, quien fue el mejor del año.
Resultado final de 4 a 1, que no refleja los 90 minutos, pero si explica lo que paso en los 30 de alargue.
Un primer tiempo bastante equilibrado, donde los últimos 20 fueron de un dominio negriazul, pero el mismo termina empatado a 0, gracias a la enorme atajada de Rochet a los 38’, desviando al córner un remate de Alan Medina, ahogando el grito de gol de todos los negriazules y regresándole el alma el cuerpo a los bolsos; siendo la jugada, una buena elaboración colectiva.
En la madrugada del segundo tiempo (a los 5’), se escapa por un instante el Pistolero, de la férrea marca de la que venía siendo objeto; y de repente, se inflaron las redes y un grito de gol ensordecedor, retumbo por todo el Uruguay. .
Obviamente, el partido cambia, Liverpool acusa impacto, pero a los 68’, cuando todos veíamos más cerca el segundo de nacional que el empate del negriazul, por un error del zaguero Laborda se escapa Alan Medina, y Rochet lo termina derribando en el área; el juez cobra penal, y el silencio asalta el estadio. Thiago Vecino, como el verdugo que disfruta hacer su labor en una plaza llena de feligreses, hace estallar de emoción el corazón de los negriazules, 1 a 1 y pelota a medio. El partido vuelve a cambiar, el equipo de Nuevo París toma el control del mismo.
Cuando nadie se lo esperada, en una la jugada desafortunada, expulsan al negriazul, Federico Pereira por doble amonestación, unos de los pilares de la solidez defensiva que venía demostrando Liverpool.
Bava, mete un cambio para recomponer esa defensa a los 75’, sale el mediocampista Santiago Romero y entra el defensa Nicolás Rodríguez, pasando de su clásico 4-3-3 a un 4-3-2; con ese cambio aguanta a pie firme hasta final del partido, porque al mantener dos delanteros, no permitía que los defensas de Nacional se sumaran al ataque con libertad.
Para el tiempo extra, sorpresivamente Bava cambia a un 5-3-1; ingresa el defensa Ignacio Rodríguez y sale el delantero Alan Medina, jugador responsable directo de las llegadas más importantes de Liverpool (entre ellas el penal).
Error directo de Bava, que por tratar de responder a la entrada de Emmanuel Gigliotti que buscaba quitarle presión a Luis, termina cerrándole el cerco a su propio equipo. Porque, Nacional adelanta sus defensas, logrando superioridad en el medio campo, partiendo al equipo de Liverpool, y aislando al único delantero que tenía. Entonces el pressing en zona alta de Nacional, y un Suarez con mayor libertad, rápidamente generan el efecto buscado, y a los 6 del primer chico, el Pistolero con una volea en las puertas del área chica, hace estallar de emoción, el corazón de los bolsos. Y el bus de la ilusión tricolor, sale definitivamente, con destino de gloria absoluta y regocijo del alma.
Lo demás, fue el reconocimiento de la vida, a la enorme humidad de Emmanuel Gigliotti, difícil de ver, en un mundo dominado por el ego. Regalándole quedar en la mejor historia del Bolso, con dos goles, que terminaron de sepultar la ilusiones del negriazul de obtener el Uruguayo; el primero de los goles, fue un poema, de una factura técnica a la altura de los más grandes de la historia del futbol.
Con el final, la vuelta se empezó a dar.
